11 de febrero de 2008

"No contry for old men", el retorno de los Coen


Hoy ha sido el turno de la esperada "No contry for old men" ("No es país para viejos"). Presto y dispuesto, he ido a ver la película que tanto tiempo estaba esperando, y que reunía unos factores que ya de por sí tenían que hacer que la película me gustara: Javier Bardem y los hermanos Coen.

Y así ha sido, pero no tanto como yo me esperaba. La primera hora y media es fascinante, las escenas fabulosas y cada plano una reliquia cinematográfica. Los Coen juegan con el silencio, un silencio que habla por todos lados, piedras, valles, colinas, desiertos, coches, muertes, sangre... Todo tiene vida, pero una vida real, verdadera, una vida sin banda sonora. Es precisamente ese juego de silencios, ese corazón en la garganta, ese miedo al ver a Bardem, esa tensión por dentro cuando deja pasar el aire por el tubo lo que la hace fascinante. Pero todo es, como decía antes, real, vida real, personas reales, un mundo real, una Estados Unidos verdadera.

Todas las escenas firmadas por Bardem (ganador del Bafta a mejor actor de reparto) son absolutamente geniales, impecables, inmejorables. Si eso no es digno de Óscar... que baje Dios y lo vea. Bardem da pabor, da mucho miedo, pero a la vez te provoca una risa injustificada, una sonrisa que no sabes por qué se dibuja, y un algo que te hace saber que estás ante una de las mejores actuaciones que hayas visto nunca. También están más que correctos Josh Brolin, con su bigote mal recortado y gorro sureño, en una actuación que suma en su currículum y que le permite situarse entre lo mejor del panorama cinematográfico actual. Y claro, cuando llega el momento en el que estos dos gigantes se encuentran, la película alcanza el máximo explendor, una tensión escondida, un silencio aterrador, una auténtica joya.Y cómo no, Tommy Lee Jones, que como siempre lo hace de maravilla, como era de esperar.

Pero a partir de esta primer hora y media, la película empieza a flojear. La triple historia policía-fugitivo-asesino no empalma bien del todo, le falta conexión y ritmo, para acabar en un final que te hace saber que has visto algo maravilloso, pero que habría estado mucho mejor si esa guinda del pastel se hubiera puesto de otra manera.

En conclusión, una obra magnífica, de lo mejor de los Coen (no mejor que "Muerte entre las flores"), filmada con perfección y meticulosidad, pero que cojea, le falta un "algo" para ser simplemente perfecta. Aunque ver a Bardem no tiene precio, porque es el mejor aquí y allá.

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